jueves, 17 de julio de 2008

Nota sobre la última actualización


Esa pequeña historia la escribí hace más de dos años ( de ahí su mala calidad) y hace casi un año que había caído en el olvido de mi mente.
La idea de está historia apareció cuando volvía de estar con mis amigos. Estaba anocheciendo y fuera el viento movía las ramas de los pequeños árboles plantados en las aceras. Yo miraba desde la ventana del autobús hacía el cielo, esperando ver la cúpula del crematorio y el ángel que,sentado sobre su trono de piedra, guardaba el
cementerio desde las alturas.
No hacía mucho desde que mi hermana me hubiera mostrado por primera vez a aquel ser alado y desde el primer momento me hechizó.
Ese día surgió la historia del ángel guardián. Quizás fuese porque en el autobús siempre tengo tiempo para pensar o porque en esos momentos aún soñaba con entrar en un cementerio y tocar el violín dentro. "Algún día lo haré, cuando sepa tocar el violín y tenga un vestido negro..."

La gente siempre me mira extrañada cuando digo que me encanta buscar ángeles de piedra en los cementerios. Solo es el entretenimiento de una niña que vive rodeada por un inmenso cementerio. O quizás busca identificarse con ellos... Aquellos seres tan inocentes y puros...
O quizás solo sea una historia de una niña loca...

1 comentario:

Nikoleta dijo...

Estamos rodeados de un cementerio inmenso, que se mueve a todas horas...pero sabemos que miramos la vida, conociendo su futuro. Todo se acaba, todo.
Es una niña adorable, buscando un ángel que haga este cementerio mas hermoso, que la guie y acompañe.

Besos y pensamientos