jueves, 31 de julio de 2008

Anne Rice, Pandora [II]

...Me alcé hacia ella. Su brazo me rodeó y apartó el cabello del rostro. Extendí los brazos para abrazarla por el cuello porque no podía hacer otra cosa. Estábamos demasiado cerca para otro posible signo de amor.
Sentí la suave seda de su pelo trenzado, y la frialdad y firmeza de sus hombros, de su brazo. Pero ella no me miró. Era un objeto petrificado. ¿Podía mirarme?¿Había decidido permanecer en silencio, con la vista clavada al frente? ¿Era presa de un hechizo malévolo, un hechizo del que sólo podían despertarla un millar de himnos?
En mi delirio vi las palabras grabadas en unas piezas de oro entre las joyas de su collar. "Traedme al malvado y beberé su sangre."
Tuve la impresión de que me hallaba en el desierto y el collar daba tumbos por la arena, arrastrado por el viento, como el cadáver del ser abrasado. Abatido, perdido, para ser rehecho.
Sentí como si un imán invisible atrajera mi cabeza hacia su cuello. Ella extendió los dedos sobre mi pelo, dirigiendo los movimientos de mi cabeza, instando a mis labios a sentir aquella piel.
Ella ladeó la cabeza ligeramente, apartado un poco el rostro, mostrándome el cuello. Vi con toda nitidez la vena de la que ella deseaba que bebiera.
La Reina pasó los dedos delicadamente a través de mi pelo, sin tirar de él y sin lastimarme, simplemente tomándome la cabeza, haciéndome experimentar un delicioso éxtasis, instándome con suavidad a aproximar el rostro y que mis labios ya no pudieran rehuir el contacto con su explendorosa piel...


martes, 29 de julio de 2008

Anne Rice, Pandora


"...De pronto se alzó el velo que durante toda mi vida se había interpuesto entre mí y las cosas que me rodeaban; ahora, bajo sus colores y formas auténticas, mostraban su auténtico porpósito e identidad: la Reina, con la vista clavada al frente, permanecía inmóvil como el Rey. La vida no podía haber imitado esa serenidad, esa absoluta parálisis. Oí que caían unas gotas de agua de las flores, una minúsculas gotas que daban sobre el suelo de mármol; oí también la caída de una hoja. Al volverme vi la minúscula hoja, rizada, meciéndose sobre las losas. Oí la brisa deslizarse debajo del dorado techo abovedado. Las llamas de las lámparas entonaban una canción.
El mundo se componía de canciones entretejidas, esa un tapiz formado por canciones. Los mosaicos multicolores refulgían, luego perdían su forma y dibujo. Los muros se disolvían en una bruma coloreada que nos envolvía, a través de la cual podían vagar eternamente...."

domingo, 27 de julio de 2008

Victoria Francés, El Corazón De Arlene

2. Ha pasado un ángel...

... En una de las encrucijadas del laberinto encontró una curiosa señalización que marcaba el camino hacia un supuesto castillo que se divisaba a lo lejos.
Aquel nuevo camino estaba plagado e mendigos que dormían en silencio y jóvenes escuálidos que inyectaban extrañas sustancias en sus venas. Sus miradas se perdían en el cielo del atardecer, mientras Arlene pasaba junto a todos ellos sin saber cómo calmar su sufrimiento...

Uno de aquellos seres llamó poderosamente su atención , pues llevaba una máscara con la que se cubría medio rostro y su cuerpo estaba lleno de cicatrices precidas a la que Arlene lucía en su pecho izquierdo.
La muñeca intentó imaginar cómo sería su rostro si retirase aquella máscara, y en su mente creó una imagen de aquel joven que acabó por enamorarla, pues sus facciones parecían las mismas ue poseían los ángeles en su imaginación.

De repente, el joven retiró la máscara y dejó al descubierto su medio rostro quemado... Por unos momentos, Arlene se sorprendió ante aquella visión, pero al volver a observar aquella mirada angelical, se acercó hacia su piel quemada y besó sus labios, totalmente enamorada.

Cayó la noche en aquel laberinto de soledad, y Arlene abrazó a su miserioso compañero para dormir sobre su pecho, mientras escuchaba la dulce música que emitían los latidos de su corazón....

jueves, 17 de julio de 2008

Nota sobre la última actualización


Esa pequeña historia la escribí hace más de dos años ( de ahí su mala calidad) y hace casi un año que había caído en el olvido de mi mente.
La idea de está historia apareció cuando volvía de estar con mis amigos. Estaba anocheciendo y fuera el viento movía las ramas de los pequeños árboles plantados en las aceras. Yo miraba desde la ventana del autobús hacía el cielo, esperando ver la cúpula del crematorio y el ángel que,sentado sobre su trono de piedra, guardaba el
cementerio desde las alturas.
No hacía mucho desde que mi hermana me hubiera mostrado por primera vez a aquel ser alado y desde el primer momento me hechizó.
Ese día surgió la historia del ángel guardián. Quizás fuese porque en el autobús siempre tengo tiempo para pensar o porque en esos momentos aún soñaba con entrar en un cementerio y tocar el violín dentro. "Algún día lo haré, cuando sepa tocar el violín y tenga un vestido negro..."

La gente siempre me mira extrañada cuando digo que me encanta buscar ángeles de piedra en los cementerios. Solo es el entretenimiento de una niña que vive rodeada por un inmenso cementerio. O quizás busca identificarse con ellos... Aquellos seres tan inocentes y puros...
O quizás solo sea una historia de una niña loca...

miércoles, 16 de julio de 2008

El ángel de piedra

Una figura se recortó entre la arboleda cuando el amanecer comenzaba a despuntar, iluminando la cúpula del crematorio.

Las hojas y las ramas secas crujieron bajo las faldas negras de su vestido, mientras emprendía el camino hasta los muros que la separaban del cementerio. En la espalda cargaba la caja de un violín y en su mano derecha, blanca como la nieve, sostenía el arco con cuidado.

Cuando llegó a la verja sacó una llave oxidada de los pliegues de su vestido y abrió la puerta con cuidado.

La calma la inundó cuando contempló las lápidas cubiertas de moho y enredaderas y una brisa comenzó a soplar haciendo ondular su cabello negro y enredándolo alrededor de sus delicados brazos. Cerró los ojos y por un momento le pareció que el viento susurraba su nombre y se imaginó que eran las almas de los fallecidos los que le cantaban al oído.

Dejó la caja del violín sobre una lápida y sacó el violín. Miró al ángel que guardaba la tumba y le sonrió. La música comenzó a sonar del violín a la vez que el cementerio quedaba en silencio. Ningún pájaro cantaba, incluso el viento había dejado de soplar. Todas las almas escuchaban sobrecogidas las melodías que la joven creaba.

La muchacha dejó de tocar cuando el sol iluminaba el cementerio por completo. Al terminar de guardar el violín y el arco gateó encima de la tumba hasta encontrarse su mirada con la del ángel guardián. Sonrió y le acarició la mejilla de granito, frío y húmedo por las gotas de rocío. Su mano acarició sus labios suavemente y acercó su rostro al del ser alado.

Los labios de ambos se rozaron. La joven se sintió mareada y cayó sobre la piedra, inconsciente.

Pasaron muchos años hasta que alguien volvió a penetrar en aquel cementerio del pueblo abandonado. El niño había descubierto los muros por casualidad mientras corría detrás de un conejo blanco y negro.

Anduvo entre las lápidas hasta llegar a una tumba en la que un ángel sostenía a una muchacha inconsciente entre sus brazos y la miraba con una mezcla de dulzura y preocupación. Pero había algo extraño en las estatuas. Las esculturas estaban bellamente pintadas, pues ambas figuras parecías reales. Incluso los cabellos de la joven parecían pintados uno a uno y la piel de ambos era blanda como la de los humanos…

martes, 15 de julio de 2008

Bram Stoker, Drácula



"Tan pronto divisaba aldehuelas como castillos agaxapados en la cima de escarchadas colinas, semejantes a los que se ven en los grabados antiguos"
"Todo era nuevo para mí:los montones de bágalo hacinados hasta en los árboles, los innumerables sauces llorones,con sus ramas brillantes como plata por entre el verde pálido de sus hojas..."
"Aunque sonreía al hablar, la expresión de su rostro era dura. Se hallaba muy cerca del carruaje, por lo que pude distinguir perfectamente sus labios, muy rojos, y sus puntiagudos dientes, tan blancos como el marfíl. Uno de los pasajeros de la diligencia murmuró al oído del vecino el famoso verso de Leonore, de Burger:" Denn die Toten reiten schnell...( Ya que los muertos cabalgan rápido)""
"-Escúcheles!-exclamó-.¡Son los hijos de la noche! ¡Sus aullidos son música para mis oídos!"
"A medida que se abría la puerta, los aullidos de los lobos resonaban con mayor furia. Los animales, con las fauces entreabiertas, dejando ver sus rojas encías y sus rechinantes dientes, aparecieron frente al umbral. Comprendí que era vano pretender oponerme a la voluntad del conde."
"Lo que teníamos allí delante parecía la pesadilla de Lucy. Los dientes puntiagudos, los labios voluptuosos, manchados de sangre... todo ello parecia una burla diabólica de lo que el cuerpo de Lucy había sido en vida."
"por la avenida de los tejos avanzaba una figura blanca que sostenía contra el pecho algo oscuro. De repente, la figura se detuvo y, un rayo de luna asomó entre dos nubes e iluminó la aparición: era una mujer envuelta en un blanco sudario. No le vimos el rostro, ya que tenía la cabezainclinada hacia lo que llevaba en los brazos...."
"-Fue mi mano la que la envió a las estrellas, la mano de quien ella más amaba en este mundo, la mano que ella misma habría elegido para este trance, de poder hacerlo-"
"Incluso en la oscuridad se veía luz, como la que siempre hay sobre la nieve, y parecía que las ráfagas de nieve y los cendales de niebla adoptasen la forma de mujeres con largos vestidos flotantes."

domingo, 13 de julio de 2008

Forever Slave, The Letter

[Dedicated to Memory of Rufo Kiss]
My dear friend
I write this letter
Because my words
Can't be heard

Tears of sorrow
Break this silence
While your soul is flying
A long way from here

Along the shore
Your soul reduced to dust

I'll keep the memories in my heart
Anf your soul in my mind.
You're leaving here forever
To a place of Avalon.

Along the ocean
The storm reduced
Your soul to ashes

- I have lost my dreams
- Today you life is a whisper for the angels
- No please! I must find a new way
- Darling... You have left in the world what you knew