I met a lady in the meads,
Full beautiful-a faery's child,
Her hair was long, her foot was light,
And her eyes were wild.
I made a garland for her head
And bracelets too, and fragant zone;
She look'd at me as she did love,
And made sweet moan
" Encontré a una dama en el campo,
Muy hermosa-como doncella de un cuento,
Su cabello era largo, sus pies ligeros,
Y sus ojos salvajes.
Hice una corona para su cabeza
Y también brazaletes, y un fragante ceñidor;
Me miró como si amara,
Y dejó escapar una dulce queja."
La primera vez que leí este fragmento de la "balada" (... creo que en España sería un romance) que, por cierto, leí en español en uno de los libros de Victoria Francés, de ahí la imagen, no me gustó nada.
Sin embargo, a medida que pasan los años me fascina más, no sé si por el hecho de haber madurado un poco o simplemente porque ahora comprendo mejor las palabras y su significado. Llevo unos días pensando en el fragmento, aunque sólo me acordaba del contenido y no de las palabras exactas (un gran fallo por mi parte). Algún día escribiré la balada completa y, por supuesto, intentaré aprendérmela de memoria =).
....
Adivinad qué he desayunado hoy:
¡Mermelada de albaricoque! ^o^
miércoles, 29 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Tagebuch von Gisela Beck ( Diario de Gisela Beck)
Ahora que tengo tiempo libre he seguido transcribiendo los diarios de mi abuela.
El primero lo escribió en 1936, cuando tenia 14 años.
En principio mi abuela no quería que leyésemos sus diarios, pero después de repartirse mi madre y mis tías sus pertenencias, descubrieron que mi abuela había escrito en unas tiras de papel dentro de cada diario el alfabeto Sütterlin (http://www.zweiterweltkrieg.org/phpBB2/viewtopic.php?t=1202).
Mi abuela vivió en la alemania nazi. De hecho, en las primeras páginas describe una tarde en el BDM.
No llevo mucho transcrito, pero me hace gracia ver que después de tantos años y muchos momentos muy duros no cambió nunca de carácter.
Erfurt, 22.2.36
Tuvimos la segunda noche después de la despedida de Lisbet, al igual que la primera, ya hace un tiempo, con Inge como portavoz.
Inge no tiene los ojos brillantes ni la capacidad para atarnos a sus palabras como Lisbet. Estamos más descentradas desde que Lisbet se fue. La última vez vinieron pocas camaradas. Inge apuntó a las presentes. Mientras Inge nos apuntaba, Eve-Marie pintarrajeaba en un cuaderno, traido sólo para esa función. Las demás jugaban con las muñecas en la mesa. Hacían mucho ruido. Al fin comenzó Inge con la reunión. Habló sobre refugios aéreos. Tengo que admitir que fue muy aburrido, pero intenté escuchar con atención. Inge Glamdenberg, que estaba sentada a mi lado, repartía chocolaate mientras parloteaba y reía con las demás. La mayoría había venido sin el uniforme. Todo me pareció estúpido y vacío. Lisbet siempre nos pedía que viniésemos en uniforme, también deberíamos llevarlo cuando ella no está.
Todo era exactamente como no debía ser.
El primero lo escribió en 1936, cuando tenia 14 años.
En principio mi abuela no quería que leyésemos sus diarios, pero después de repartirse mi madre y mis tías sus pertenencias, descubrieron que mi abuela había escrito en unas tiras de papel dentro de cada diario el alfabeto Sütterlin (http://www.zweiterweltkrieg.org/phpBB2/viewtopic.php?t=1202).
Mi abuela vivió en la alemania nazi. De hecho, en las primeras páginas describe una tarde en el BDM.
No llevo mucho transcrito, pero me hace gracia ver que después de tantos años y muchos momentos muy duros no cambió nunca de carácter.
Erfurt, 22.2.36
Tuvimos la segunda noche después de la despedida de Lisbet, al igual que la primera, ya hace un tiempo, con Inge como portavoz.
Inge no tiene los ojos brillantes ni la capacidad para atarnos a sus palabras como Lisbet. Estamos más descentradas desde que Lisbet se fue. La última vez vinieron pocas camaradas. Inge apuntó a las presentes. Mientras Inge nos apuntaba, Eve-Marie pintarrajeaba en un cuaderno, traido sólo para esa función. Las demás jugaban con las muñecas en la mesa. Hacían mucho ruido. Al fin comenzó Inge con la reunión. Habló sobre refugios aéreos. Tengo que admitir que fue muy aburrido, pero intenté escuchar con atención. Inge Glamdenberg, que estaba sentada a mi lado, repartía chocolaate mientras parloteaba y reía con las demás. La mayoría había venido sin el uniforme. Todo me pareció estúpido y vacío. Lisbet siempre nos pedía que viniésemos en uniforme, también deberíamos llevarlo cuando ella no está.
Todo era exactamente como no debía ser.
jueves, 9 de junio de 2011
David Safier, Mieses Karma (Maldito Karma)
¿A quién no le suena este libro? Aprovechando que un vecino se iba de vacaciones a Alemania mi madre le pidió que le comprase este libro. El lunes me terminé un libro (tengo que actualizar la lista) y como tenía que irme corriendo a clase -ultimamente se me pasa el tiempo volando y hago todo con prisas- cogí este libro para leer en el metro. Realemente lo cogí porque fue el primer libro en alemán que encontré. Pensé que seríaa aburrido, que el autor intentaría ser más.... ¿profundo?... ¿que intentaríaa hacerse el interesante? y todas las cosas que se me pueden ocurrir de los libros más vendidos. Pues no, resulta que me he reido desde casi la primera página. No sé si será el humor alemán o si realmente es divertido, pero no me está disgustaando nada leeerlo. Obviamente no es el mejor libro, pero de vez en cuando viene muy bien leer un libro así.
" "Natürlich kann ich dich hören."Du bist ja laut genug", antwortete eine gültige Stimme.
Ich erschrak. Und ich freute mich. Man hatte mich gehört. Man hatte mich gehört. Halleluja! Ich war kurz davor, mit meinen sechs Beinen einen Freudentanz aufzuführen.
"Könnt ihr mich aus dem Koma holen?", fragte ich hoffnungsvoll.
"Du liegst nicht im Koma" antwortete diegültige Stimme. Ich war geschockt. Wenn ich nicht im Koma lag, wo war ich dann? Und wer sprach mit mir?
"Dreh dich um".
Langsam drehte ich mich um-meine erste 180-Grad-Drehung auf sechs Beinen, deren Koordination deutlich schwieriger war, als einen LKW rückwärts einzuparken mit führerscheingefährdendem Alkoholpegel.
Als ich meine Hinterbeine wieder entknotet hatte, erkannte ich ein bisschen mehr, wo ich mich befand: Ich war nahe der Oberfläche, in einem Erdtunnel. Und in diesem Tunnel stand eine Ameise. Eine ausserordentlich dicke Ameise. Sie lächelte mich sanft an. Wie der Weihnachtsmann. Wenn er Haschkekse gefuttert hat. "Wie gehts?"
"Claro que puedo oirte. Estás hablando suficientemente alto" contestó una voz. Me asusté. Y me alegré. Me habían oido. ¡Los médicos habían contactado conmigo! ¡Aleluya! Estuve a punto de comenzar a bailar sobre mis seis piernas un baile de la alegría. "¿Me podéis sacar del coma?", pregunté llena de esperanza. "No estás en coma.", contestó la voz. Me escandalicé. Si no estab en coma, ¿dónde estaba? ¿Y quién hablaba conmigo? Poco a poco me di la vuelta- mi primera vuelta de 180 grados con seis piernas, cuya coordinación era mucho más difícil que aparcar un camión marcha atrás con riesgo de perder el carnet de conducir por superar la pasa de alcoholemia. Cuando conseguí deshacer el nudo de mis piernas traseras observé mejor dónde me encontraba: Estaba cerca de la superficie, en un tunel de tierra. Y en ese tunel había una hormiga. Una hormiga increiblemente gorda. Me sonreía amablemente. Como Papá Noel. Después de haberse tomado unas galletas de haschís. "¿Cómo va eso?"
" "Natürlich kann ich dich hören."Du bist ja laut genug", antwortete eine gültige Stimme.
Ich erschrak. Und ich freute mich. Man hatte mich gehört. Man hatte mich gehört. Halleluja! Ich war kurz davor, mit meinen sechs Beinen einen Freudentanz aufzuführen.
"Könnt ihr mich aus dem Koma holen?", fragte ich hoffnungsvoll.
"Du liegst nicht im Koma" antwortete diegültige Stimme. Ich war geschockt. Wenn ich nicht im Koma lag, wo war ich dann? Und wer sprach mit mir?
"Dreh dich um".
Langsam drehte ich mich um-meine erste 180-Grad-Drehung auf sechs Beinen, deren Koordination deutlich schwieriger war, als einen LKW rückwärts einzuparken mit führerscheingefährdendem Alkoholpegel.
Als ich meine Hinterbeine wieder entknotet hatte, erkannte ich ein bisschen mehr, wo ich mich befand: Ich war nahe der Oberfläche, in einem Erdtunnel. Und in diesem Tunnel stand eine Ameise. Eine ausserordentlich dicke Ameise. Sie lächelte mich sanft an. Wie der Weihnachtsmann. Wenn er Haschkekse gefuttert hat. "Wie gehts?"
"Claro que puedo oirte. Estás hablando suficientemente alto" contestó una voz. Me asusté. Y me alegré. Me habían oido. ¡Los médicos habían contactado conmigo! ¡Aleluya! Estuve a punto de comenzar a bailar sobre mis seis piernas un baile de la alegría. "¿Me podéis sacar del coma?", pregunté llena de esperanza. "No estás en coma.", contestó la voz. Me escandalicé. Si no estab en coma, ¿dónde estaba? ¿Y quién hablaba conmigo? Poco a poco me di la vuelta- mi primera vuelta de 180 grados con seis piernas, cuya coordinación era mucho más difícil que aparcar un camión marcha atrás con riesgo de perder el carnet de conducir por superar la pasa de alcoholemia. Cuando conseguí deshacer el nudo de mis piernas traseras observé mejor dónde me encontraba: Estaba cerca de la superficie, en un tunel de tierra. Y en ese tunel había una hormiga. Una hormiga increiblemente gorda. Me sonreía amablemente. Como Papá Noel. Después de haberse tomado unas galletas de haschís. "¿Cómo va eso?"
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