domingo, 16 de noviembre de 2008

Arthur Golden, Memorias de una Geisha





..."Imagínate que tú y yo estuviéramos sentados en una apacible estancia con visttas a un jardín, tomando té y charlando sobre unas cosas que pasaron hace mucho, mucho tiempo, y yo te dijera <>. Supongo que dejarías la taza sobre la mesa y dirías: <<¿En qué quedamos? ¿fue el mejor o el peor?>>. Tratándose de otra situación, me habría reído de mis palabras y te habría dado la razón. Pero la verdad es que el día que conocí al señor Tanaka Ichiro fue de verdad el mejor y el peor día de mi vida. Me fascinó, incluso el olor a pescado de sus manos me pareció un perfume. De no haberlo conocido, nunca hubiera sido geisha..."

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