viernes, 8 de agosto de 2008

Victoria Francés, Favole (II)

En el camino entre la vida y la muerte, abrió los ojos por unos instantes al mundo de los espectros. Sorprendida, observó como una doncella fantasmal de cabellos cárdenos abrazaba su cuerpo sin vida y lamía la sangre de su falda...
-¿Eres tú la muerte?- preguntó el alma de la niña a la misteriosa vampira.
-No, tu sangre es mi alimento; éste es el mundo de los espectros. La muerte es un ángel, ¿recuerdas?-respondió Favole.
"...Angelique...", susurraban las ráfagas de viento y nieve a su llegada.
Y antes ellas apareció un hermoso ángel de alas negras que sonreía dilcemente mientras iba dejando a su paso una senda de violetas deshojadas... Perséfone snrió al ángel de sus canciones, al tiempo que su alma desaparecía en la más absoluta felicidad. Jamás volvería a estar enferma...
Pro Favole continuaba en el mundo de los espectros mientras degustaba la sangre de un cuerpo recién fallecido y miraba de nuevo a la bella dama de alas negras. Su cabello era largo y oscuro, sus ropas permanecían extendidas en la nieve y cientos de mariposas violáceas revoloteaban a su rededor.
Como si de un sueño se tratase, la hrmosa dama se agachó ante Favole y le acarició el rostro. Volvió a sonreír y desapareció, llevándose consigo el alma de la niña...
Un sendero interminable de violetas comenzó a formarse en la nieve y Favole, impulsada por una fuerza superior, se alzó siguiendo aquel rumbo. A lo lejos, un castillo imponente se alzaba sobre el país de los espectros...

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