sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Por qué siempre acabo huyendo de lo que quiero? Aunque me haya decidido de antemano, doy la vuelta al casi llegaar a mi destino. ¿Tanto miedo tengo a cambiar? ¿Entonces por qué quiero cambiar? Hay tantas cosas de las que me aarrepiento de no haber hecho...

Sobre todo las cosas que no he hecho por vergüenza. Hace más
de un año cuando estaba en el coro del colegio, por ejemplo, no fui a una de las actuaciones. El coro sonaba muy mal (al menos la parte de las sopranos) y si hubiese ido me habría sentido como si tuviese un cartel en la frente el que pusiese:" ¡Mirad! ¡Canto fatal y estoy orgullosa de ello!"
Pero no me arrepiento de no haber ido, salvo por haber dejado a una amiga sola con las que desafinaban

Pero ayer definitivamente caí muy bajo. En el coro me pidió el director que hiciese el solo de una canción y yo me negué. Si me da vergüenza cantar delante de su mujer, que es mi profesora de canto, cómo no me va a dar vergüenza cantar delante de veinte personas. Me negué y ahora hace el solo una niña de trece años (emo, p
or cierto ¬¬) que no llega al segundo re, cuando a mí no me cuesta nada. Sí, soy imbécil y he logrado que no me vuelvan a pedir hacer un solo. Y se supone que quiero vivir de la música.

2 comentarios:

Sheila dijo...

Deberías de perder la vergüenza, y tranquila, con un poco de suerte si se lo explicas a tu profesora lo entenderán y te lo pedirán de nuevo, pero tienes que perder el miedo.
Un besazo Marta ^^

Rafa dijo...

Nooo! ¡Has hecho feliz a un emo! ¿Te das cuenta de que esa paradoja es uno de los sellos del Apocalipsis? Mecachis...
Pero ahora en serio, perdoname por meterme en tu vida, no dejes que la vergüenza te preocupe más de lo necesario. Es normal que al principio te dé cosa cantar en público, nadie nace sabiendo, y ya verás cómo le tiembla la voz a la... ejem... emo cuando le toque el turno.
Yo recuerdo que en mis primeras conferencias me tomaba un orujillo en cafetería para superar los nervios, y ya me había tenido que hartar a exámenes orales en la facultad. El truco es coger esos nervios y convertirlos en adrenalina, en subidón, en alegría... y dejar que saquen lo mejor de ti.
Pero ya te digo, las cosas van poco a poco. Empieza cantando delante de la mujer del director del coro, y sigue con tu familia, tus amigos (sin saturar, ¿eh? que conozco gente que se arrancó a cantar y ahora han hecho de su vida un puñetero musical)... Es más, ¿Por qué no subes algún mp3 tuyo cantando? Así la gente podría escucharte y decir lo que opina. Seguro que te da esa confianza que te falla un poco de cara al público (si, quiero escucharte, qué cotilla soy, madre. Si te marcas algo de Poe, lo flipo ^__^).
Y si no te apetece, pues no te preocupes, la carrera de canto va más allá de coros y conciertos, tienes mil salidas, así que no te rindas tan pronto(Y como dice Shei, siempre puedes decirle al director que ya te encuentras preparada para cantar en público cuando así sea).
Un abrazo y mucho ánimo.