martes, 2 de noviembre de 2010
Alice Sebold, Casi la Luna
En un día malo
-¿Estás bien, mamá?
-Es un mal día, Helen.
atropellaron a Billy Murdoch delante de mi casa. Yo estaba en el instituto. Mi padre había pasado la noche anterior fuera de casa. "Un viaje de negocios a Scraton", nos había dicho. Fue como si todos los vecinos de aquel corto tramo de calle hubieran decidido salir aquella tarde. Sin embargo, y más importante que cualquier otra cosa, era un mal día.
La tarde que Billy Murdoch fue atropellado, mi madre se había organizado el tiempo como hacía siempre en los días malos, llenando las horas como tareas domésticas para intentar mantenerse ocupada, para intentar no sentarse en el sofá, ni a la mesa de la cocina y sucumbir a ello. Era como si limpiando, lavando y ordenando pudiera contener el horror lo justo para respirar.
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